Tradiciones de Semana Santa se opacaron con el paso del tiempo

475
La antigua Iglesia de la Encarnación, es una de las que atestigua la devoción de los fieles, por ejemplo, la bendición de las palmas.

Habrá un acto simbólico, por Semana Santa, en la zona de la costanera de Asunción, en la nueva sede del departamento de Acción Cultural San Gerónimo de la Municipalidad de la Capital. El objetivo es no movilizar a la gente en general, por el tema del covid-19. Más bien, es para las presentaciones ante la prensa destacada en dicho acto. Anteriormente se hacía en Punta Carapá, pero desde aquel desmoronamiento ocurrido en esa zona, se optó, esta vez, hacer el evento especial de Semana Santa, en el San Gerónimo, en el transcurso de la semana.

El promotor cultural de la Municipalidad de Asunción, Clemente Cáceres, destacó también, conforme a su experiencia en la vida, que hay una marcada diferencia entre la celebración de la Semana Santa de antes y la de ahora. Anteriormente, después de los tres días del carnaval que duraba hasta el miércoles de cenizas, ya imperaba un ambiente especial de la que era la Semana Santa, es decir, la de recordación del acontecimiento más grande de la humanidad.

Todo estaba calendarizado, siguió diciendo el entrevistado. Los hombres, por ejemplo, una semana antes ya debían preparar el tatakuá (horno rústico), juntar y acarrear leñas, procesar ya el maíz a ser utilizado para la chipa, al igual que la mandioca y batata, y todo lo que atañe para la consumición durante el “areté guazú”. En época pasada, ya desde el Viernes de Dolores se guardaba el acontecimiento, con mucho respeto y paralización total de las actividades mundanas, enfatizó el representante cultural del Municipio local.

“Por ejemplo, un Viernes de Dolores, no se consumía carne, en recordación a lo realizado por nuestro Señor Jesucristo, quien vino a despedirse de su madre, montando un burrito; el día siguiente, sábado, ya la gente se abocaba a la preparación del pindó y otros valores, para la próxima bendición; luego ya vino el Domingo de Ramos, en que se producía la BENDICIÓN DE LAS PALMAS, bien temprano, en la Capilla del barrio o Parroquia e Iglesia de la Ciudad. Todas estas tradiciones y costumbres han quedado opacado con el paso del tiempo”, recordó con nostalgia, el referente cultural, Clemente Cáceres.