Aprovecharon la inestabilidad para cobrar venganza en la población de 2800 internos, comentó Mirian Orrego, sindicalista penitenciaria, funcionaria de la Sala de Monitoreo, desde donde fue testigo de la trágica jornada vivida.
Entre los grupos de reclusos están el Clan del PCC, Clan Rotela, Clan Bañado Sur, Clan de la Chacarita y el Clan Santa Ana, todos buscando su cuota de poder en los diversos centros penitenciarios.
Observó la precariedad en que se desenvuelven sus compañeros de trabajo, por quienes se siente orgullosa por la calidad en el desempeño en medio de tantas limitaciones y salario mísero, sin reajuste hace 10 años; sin seguro de vida con riesgo de dejar a su familia en la orfandad ante el peligro en momentos en que estuvieron como rehenes.
Aseguró que ningún funcionario puede estar a favor de disturbios. Nadie quiere trabajar en medio del caos, subrayó a la 920 AM.
NECESITAN MEJOR INFRAESTRUCTURA.
Pidió a la prensa y las autoridades nacionales hacerse eco de la situación de las cárceles, donde se necesita mejor infraestructura, tecnología, contención psicológica, personal de blanco, medicamentos y salario digno porque no alcanza y fuera deben desempeñarse en plomería, albañilería y pintura para subsistir en medio de la inseguridad interna y externa que conlleva su función.
Se requiere de infraestructura para el sistema penitenciario que pueda alcanzar el objetivo de la reeducación y readaptación para una sociedad que necesita ciudadanos de bien, resaltó.
Redacción. Héctor Velázquez Ayala.