Joven emprendedor se destaca en producción artesanal de dulces y conservas, a base de productos naturales

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Un joven emprendedor que supo aprovechar la oportunidad de salir adelante y dar trabajo a otras personas, con la elaboración de una línea de productos naturales, es Eduardo Raúl Soverina, con la microempresa “Tu Kokue-Agroecológico”. Recientemente suscribió un Acta Compromiso de Sostenibilidad de su emprendimiento con el Ministerio de Industria y Comercio (MIC), que a través del Programa Competitividad de las MIPYMES (PCM), desarrollado por el Viceministerio de MIPYMES.

El microempresario, del distrito de Luque, fue seleccionado en la edición 2020 para recibir asistencia en bienes de capital y acompañamiento técnico por espacio de dos años, con miras al crecimiento y desarrollo, apuntando a la expansión a nuevos mercados y aumento de la producción. Eduardo fue elogiado por el ministro Luis Alberto Castiglioni.

Castiglioni lo definió como un verdadero ejemplo y modelo de la cultura del trabajo, al llevar adelante su idea de negocio, en medio de muchas dificultades. “La cultura del trabajo, es la única cultura que hace que una persona prospere, se desarrolle integralmente en la vida con dignidad y le permita ser dueño de su destino. Es este caso, tenemos a un verdadero modelo de la cultura del trabajo, con todos sus socios y colaboradores”, puntualizó el titular del MIC, en el acto de firma del acta compromiso.

“Yo nací en una familia donde siempre todos hicimos de todo, y luego trabajé en más 20 cosas diferentes, en cocina, electricidad, mantenimiento, construcción, plomería. Viví en varios países, con la idea ahorrar dinero para poder estudiar, y siempre trabajando y con experiencias enriquecedoras”, comenta el emprendedor.

De calificador en obras a microemprendedor

El microemprendedor, que hoy deleita con sus salsas, aderezos, dulces y mermeladas naturales bajo la marca de “Tukokue”, en el pasado realizó numerosas tareas que contribuyeron para llegar a desarrollar su propio negocio. “En España era calificador y no sabía de qué se trataba ese trabajo cuando me contrataron. Fui a una obra, y ahí me dijeron: este es tu nuevo trabajo y tu nueva profesión. Consistía en aislación térmica en caños de PVC. Mi hermano me explicó lo que tenía que hacer y tal cual lo hice”, comentó con alegría Eduardo, quien fue a España en el 2007 con la intención de ahorrar y seguir estudiando. “Terminé la carrera de Ingeniería en Ecología Humana en la UNA”, dijo al respecto.

De su quehacer actual, menciona que esos alimentos surgen como una suerte de casualidad, teniendo en cuenta que comercializaba productos agroecológicos, frutas y verduras, y a medida que lo hacía, también había excedentes. “Empecé realizando salsas para la casa, luego se extendió a mi familia, amigos y después como era mucha la cantidad de salsa que tenía, empezamos a vender. Y a la gente le gustó, y ahí fuimos a otros productos”, resaltó el micro emprendedor.