En el marco del Día de la Polca Paraguaya, que se celebra cada 15 de septiembre, el director de Estudios de Antropología, Arqueología y Paleontología de la Sec
retaría Nacional de Cultura, Sergio Ríos, destacó la riqueza y complejidad de este género musical, considerado patrimonio cultural inmaterial del país.
“No existe una fecha exacta ni un autor definido. Como muchos ritmos latinoamericanos, la Polca es fruto de un desarrollo complejo, con bases europeas llegadas en la colonia, pero transformadas por nuestra identidad local”, explicó.
Recordó que a mediados del siglo XIX arribó la Polca Europea, un ritmo de marcha que, por su popularidad en salones y eventos, pudo haber influido en la denominación del género paraguayo. Sin embargo, aclaró que “la Polca Paraguaya tiene de polca solo el nombre” y que su sincopado y estructura son distintos.
Mencionó que entre las composiciones más antiguas mencionó al Campamento Cerro León, que sirvió como tema principal de la “Cadena Nacional” durante décadas hasta 1989.
Refirió que los instrumentos tradicionales —arpa, guitarra, violín, flauta y contrabajo— evidencian la influencia europea, aunque el género mantiene un carácter propio y popular, con vínculos con el chamamé correntino.
También, subrayó que la danza ha sido clave para mantener viva la Polca: “En festivales y celebraciones, la música y el baile van de la mano, y eso es parte de su esencia”. También resaltó la labor de figuras como Emiliano R. Fernández y Luis Alberto del Paraná, este último reconocido por proyectar la Polca al mundo.
Finalmente, dijo que aunque no existen incentivos específicos para su creación, planteó la posibilidad de postularla como patrimonio de la humanidad, al igual que la guarania. “La Polca está arraigada en el interior, es la voz del pueblo más allá de lo urbano. Protegerla y difundirla es garantizar que siga existiendo en el futuro”, concluyó.
-Augusto Gabriel Agüero Ferreira M.