Se cumplen 45 años del último golpe militar en Argentina

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Se estima que en los siete años de la dictadura entre 9.000 y 30.000 personas perdieron la vida o desaparecieron en más de 700 centros de retención secretos.

Han pasado 45 años desde el golpe militar del 24 de marzo de 1976 en Argentina, el último y más sangriento de los seis golpes de Estado que el país sudamericano sufrió durante el siglo pasado.

En aquella fecha, la junta militar, apoyada por Estados Unidos, acabó con el Gobierno de la entonces presidente del país, María Estela Martínez de Perón, en el marco del Plan Cóndor, dando comienzo a una dictadura cívico militar que duró desde 1976 hasta 1983.

En las elecciones generales del 30 de octubre de 1983, Raúl Ricardo Alfonsín se convirtió en presidente luego de haber obtenido el 51% de los votos, poniendo fin a una época de golpes que empezó en la década de los 30.

Entre 1987 y 1990, algunos grupos dentro de las Fuerzas Armadas intentaron derrocar el Gobierno de Alfonsín y posteriormente el de Carlos Saúl Menem. A pesar de fracasar en su intento, estos grupos presionaron a los gobiernos de turno para que no investigaran los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura y revocaran las penas impuestas anteriormente.

Se estima que en siete años entre 9.000 y 30.000 personas perdieron la vida o desaparecieron en más de 700 centros de retención secretos. En 2003 se volvió a abrir la vía legal para investigar estos crímenes.

Los ‘vuelos de la muerte’

Este fue uno de los métodos que la dictadura utilizó para deshacerse de las víctimas, la mayoría opositoras, sin dejar rastro.

El método consistía en arrojar a las víctimas semidesnudas desde un avión al mar y en estado de somnolencia, luego de haber sido drogadas con pentotal sódico.

Los encarcelados desaparecidos en los centros de detención eran engañados con ser “trasladados” a una prisión e inyectados con pentotal con el pretexto de ser vacunados.

Se cree que alrededor de 4.000 personas perdieron la vida de esta manera.

Durante la conmemoración, el presidente argentino, Alberto Fernández, indicó que abrazaba «con amor y respeto a las madres, abuelas, hijos y familiares que perdieron a sus seres queridos en la tragedia».

“Hace 45 años el terrorismo de Estado se apoderó de la Argentina. Honro a las víctimas en mi memoria. Abrazo con amor y respeto a las madres, abuelas, hijos y familiares que perdieron a sus seres queridos en la tragedia. Pido castigo para quienes causaron semejante daño. #NuncaMas”, escribió el mandatario en su cuenta de Twitter.

Los bebés robados

Aproximadamente 500 bebés fueron arrebatados por la fuerza a las madres retenidas en los centros de detención. Estos bebés fueron adoptados ilegalmente por los militares, vendidos o retenidos en diversos centros.

En 1977 se creó la Asociación Civil Abuelas de la Plaza de Mayo, con el propósito de reunificar a estos bebés con sus verdaderos familiares. Hasta el momento, la asociación logró reunir con sus parientes a unos 130 de estos bebés.

Sobre este tema, Fernández calificó a las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo como mujeres que tuvieron el coraje que la sociedad no tuvo para enfrentar a la dictadura.

«Es el reconocimiento de una sociedad que tiene memoria, que recuerda y que sabe que en el medio de la tragedia argentina hubo un grupo de mujeres con el coraje que la sociedad no tuvo, que nos permitió ver lo más cruel, lo más miserable de aquella dictadura», reafirmó el mandatario argentino.

Casos jurídicos

De los 626 casos abiertos sobre las violaciones de los derechos humanos cometidos durante la dictadura, 254 concluyeron, 73 siguen en los tribunales, 21 están siendo examinados, mientras que 278 siguen abiertos.

Según datos de la Fiscalía argentina, un total de 3.490 personas han sido investigadas desde 2006, de las cuales 1.025 fueron sentenciadas a diversas penas por haber cometido crímenes de lesa humanidad, 165 fueron absueltas, 29 siguen fugitivas, mientras que 715 perdieron la vida durante el transcurso de la investigación.

El Plan Cóndor

El plan fue implementado por dictadores de derechas en el cono sur del continente americano con el apoyo de la CIA en la década de los 70.

La operación comenzó en 1975, tras una reunión a la que acudieron los jefes de los servicios de inteligencia de Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Chile. Posteriormente la operación se extendió a Brasil, Ecuador y Perú.

El objetivo del plan fue acabar con la influencia de la oposición de izquierdas. Se calcula que unas 60.000 personas, entre ellas políticos, líderes sociales, intelectuales y estudiantes, perdieron la vida durante la operación.

Fuente: Agencia de noticias Anadolu.