En el marco de la Reunión de Cancilleres del Mercosur, celebrada en Foz de Iguazú, el ministro de Relaciones Exteriores, Rubén Ramírez Lezcano, reafirmó el firme compromiso del Paraguay con un proceso de integración regional más efectivo, equitativo y orientado a resultados concretos.
Durante su intervención, el canciller señaló que Paraguay acude a la reunión con un espíritu de compromiso y la convicción de transformar las palabras en acción, en un momento en el que resulta imprescindible profundizar el proceso de integración regional. “Paraguay cree y apuesta por un Mercosur que funcione para todos, capaz de traducir sus principios en resultados concretos y de responder con pragmatismo y visión a los desafíos estructurales que aún persisten en nuestra región”, expresó.
Resaltó los avances concretos alcanzados en los últimos meses y reafirmó la disposición constructiva de Paraguay para avanzar hacia la concreción efectiva del acuerdo de asociación entre el Mercosur y la Unión Europea.
“Es fundamental que este proceso se desarrolle con necesario clima de confianza, un estricto apego a las disposiciones negociadas en el propio acuerdo que suscribimos en diciembre del año pasado en Montevideo, y en particular, Paraguay confía que los mecanismos de salvaguardia serán abordado y aplicados de manera compatible con respecto con lo negociado y acordado, y asimismo de acuerdo con las normas multilaterales preservando el equilibrio de derechos y obligaciones de las partes”, manifestó.
También destacó la necesidad de revitalizar el proyecto original del Mercosur mediante el desmantelamiento de barreras que fragmentan el sistema, una mayor coordinación de políticas y el fortalecimiento del comercio intrarregional. Subrayó que la región debe avanzar hacia una estrategia común que permita competir unida en un mundo cada vez más desafiante y exigente en términos de competitividad.
El canciller enfatizó que uno de los desafíos centrales para el Paraguay es la superación de las asimetrías estructurales entre los Estados Parte. “No se trata de una noción abstracta, sino de una realidad económica y geográfica que limita nuestro desarrollo y condiciona nuestra competitividad”, afirmó. Recordó que la condición mediterránea del país impone costos adicionales que encarecen las exportaciones y restringen la participación en las cadenas regionales de valor.
Sostuvo además que, si bien la geografía no puede modificarse, sí es posible transformar las condiciones que amplifican sus impactos negativos. Agregó que reducir fricciones burocráticas, simplificar trámites y armonizar los controles fronterizos no constituyen privilegios, sino medidas de equidad y de sentido común. Asimismo, remarcó que la facilitación del comercio es una decisión política clave para mejorar la eficiencia regional.
Julio Ramón Dávalos Acuña.