El público multitudinario que llegó hasta el Jockey Club en la noche del sábado, no solo disfrutó del show brindado por la banda argentina de rock, Airbag sino que desparramó energía a lo largo de las tres horas de concierto.
Los chicos argentinos iniciaron su ritual con la demoledora Jinetes Cromados, para que los fans puedan saltar y cantar, además de descubrir lo que se venía para el tiempo que se venía.
Con Anarquía en Buenos Aires, el sonido de la intro atrapa porque se fusiona el rock duro con el blues (primos hermanos), para que la comunicación, público – músicos, sea con la cabeza yendo de un lado a otro.
La primera parte del espectáculo, se vio a los hermanos Sardelli muy inquietos en el escenario, con la perfoman y las poses características, para dar paso a las siguientes canciones, tales como Perdido, Vivamos el Momento, Noches de Insomnio, No confíes en tu suerte.
Hasta aquí, el público no paró de cantar con la ayuda de sus ídolos, quienes no paraban de saltar y moverse de un lado a otro en el escenario.
Pensamientos y Extrañas Intenciones, siguió el clima impuesto por la banda en la noche cálida asuncena, pero que en partes una brisa se asomaba en el recinto para alivianar la temperatura rockera.
Corazón Lunático, Nunca lo Olvides, Por eso nadie recordará tu nombre, aceleró aun más a las fanáticas principalmente, porque ese vaivén entre ambos, ya produjo el delirio necesario para que una jornada acorde a este género musical, sea completa.
En este tiempo del concierto, ingresó la balada para que la conexión sea tal que la emoción llegue también a Gastón, Patricio y Guido, porque observaban como las paraguayas y los paraguayos, no solo filmaban o captaban ese momento único y mágico, sino que se acrecentaba el feed back.
Con Huracán, Verte de cerca, El Hombre Puerto, Motor Enfermo, se extienden los riffs de guitarra, a lo ACDC y Guns N Roses, por lo que se agrega más dosis de energía entre el público y Airbag.
La primera parte del concierto finaliza con Irme Lejos y Cae el Sol, canciones que fueron el pasaporte para el momento acústico que preparaba la agrupación argentina. Demás está decir que no se esperó las voces de los presentes, quienes no pararon de cantar. Más aun Cae el Sol, uno de los himnos para el fan.
En el momento acústico, se interpretó Va a ser difícil olvidar, Ganas de verte, la canción de Creedence Clearwater Revival, Have You Ever Seen The Rain y La Partida de la Gitana. Fue un respiro para que la adrenalina causada por el rock duro, pueda disiparse por unos instantes.
Seguidamente, Bajos instintos Yesterday de los Beatles, Cicatrices y Apocalipsis confort, continuaron con ese tiempo medio en recargar las energías para lo que viniese en la parte final.
En el centenario de la guarania, no pudo faltar la interpretación de Galopera, versión que lo realizaron con el publico coreando y entusiasmado por escuchar una canción paraguaya.
Con Cuchillos Guantanamera, el público volvió a saltar, cantar y acompañar con la fuerza y energía con la que comenzó el concierto. A estas alturas a dos horas y media de show, el sudor que se derramó tenía sensación de Airbag.
Luego Por Mil noche y Colombiana, encendieron el foco del éxtasis, porque el público agarró la posta iniciada por los hermanos Sardelli.
La dosis que acumuló la colombiana, fue equilibrada por IsThis Love del jamaiquino Bob Marley, canción que trajo el baile a los presentes, que lo tomaron en buena sintonía, principalmente los “mayorcitos adolescentes” que recordaron parte de sus primeras vivencias con este himno del reggea.
El final del concierto se dio con “Como un Diamante”, Kalashninov y Solo Aquí, ésta última canción, otra de las más conocidas, fue la despedida donde el público cantó y saltó y este instante, fue el regreso del comienzo, donde la fanática de Airbag, pudo dimensionar que concierto tiene su descarga de energía y de adrenalina.
Airbag se presentó en la noche del sábado 11 de octubre en el Jockey Club, en el marco de su gira denominada “ El club de la Pelea”. El show se fusionó entre el rock duro, donde resaltaron los riffs de guitarra y los solos de batería. Además de las baladas y lo acústico para calmar las aguas aquietadas por tanto rock, que también se transportó en clásicos de los 70 y 80.
Julio Ramón Dávalos Acuña.
