El ambiente antes del inicio del show de Green Day el lunes pasado en el Jockey Club, no solo transmitía ansiedad y deseos de disfrutar del concierto, sino también se irradiaba un poco de duda porque los relámpagos así los querían.
Ese miedo, de las más de 35.000 personas que colmaron el recinto, se vio con la aparición de otra sensación, el delirio al escuchar la previa o la intro al espectáculo, la canción de Queen, Bohemian Rhapsody y seguido de Blitzkrieg Bop, donde el conejo malo hizo de las suyas al recorrer el escenario.
Para muchos, estos dos temas, lucieron porque se juntaros dos instituciones que llegaron a transmitir sus mensajes y crear tribus urbanas. La Marcha Imperial, quebró a más de uno porque el ser Jedi también generó toda una historia detrás de las distintas películas presentadas a lo largo de estos dos siglos.
Finalmente, el nacimiento del adolescente rebelde que se tenía apagado durante todo este tiempo de adultez, se vino para arriba con American Idiot, Holiday, know Your Enemy, que hizo fusionar desde el vamos la comunicación de la banda con el público. A tal punto que una fan subió para cantar unos segundos y abrazar a cada uno de los integrantes de Green Day.
La atmósfera se aquietó con la balada que transportó Boulevar of Broken Dreams, oporturnidad en que Billie Amstron posa con la bandera paraguaya y expresa su apoyo a la causa de Palestina, país que recibe el bombardeo de parte del Estado de Israel.
La lluvia no apaciguó los ánimos pervertidos por la rebeldía de la noche, sino que invitó a continuar con el ritmo y la velocidad de las canciones que se presentó a continuación, One Eyed Bastar, Revolution Radio, Scattered.
Con el siguiente tiempo, entre las lluvia, el barrio y la humedad, el calor humano fue más porque la década del 90 estuvo presente de la mano de Dookie, con Longview, Welcome to Paradise.
Pero con Hitchin´a Ride, hubo una sorpresa que terminó con el coro del público, el riff de guitarr de Iron Man de Black Sabbath, en señal de rendir un tributo no solo a los padres del género del heavy metal, sino al vocalista Ozzy Osbourne.
Brain Stew, St. Jimmy el público siguió al ritmo de Green Day, no paraba de saltar, cantar, disfrutar del momento. Luego Dilemma trae otro recuerdo, «Free Fallin de Tom Petty´s, el sonido acústico transformó en 21 Guns, que hizo sentir la explosión de júbilo de los presentes.
Minority fue el preludio de Basket Case, que fue la segunda parte del también recordado Dookie, porque When I Come Around, (cantado en 1995 por la banda paraguaya Everglay», también sacó de sus casillas a más de uno, para finalizar con el emblemático «She».
La parte final del concierto, que no sabemos si fue la más esperada o la que no querían esperar, porque When Me Up When September Ends, hizo derramar lágrimas de alegría y emoción, que fueron camufladas por el agua de la lluvia bendita que cayó de manera esporádica durante el concierto.
Jesus of Suburbia, Bobby Sox, Suzie Chapstick, dieron la bienvenida al olé, olé, generado por los propios músicos, quienes continuaban comunicándose con su público, a tal punto que se escuchó el rohayhú.
Y el final se vino con Good Riddance (Time of Your Life), para que el fan de todas las edades que se llegó desde temprano en el Jockey Club, salga satisfecho, emocionado y por sobre todo con la sensación que hizo realidad un sueño que lo tuvo desde adolescente.
Se dice que la primera impresión es la que vale, porque queda impregnada no solo en la retina sino en el cerebro, entonces tanto el público como Green Day, quedaron conformes, porque nadie se guardó nada durante las 2 horas y 45 minutos de show.
Julio Ramón Dávalos Acuña.
