Don Miguel González de 53 años, es todo un “doctor de los zapatos”, un trabajador humilde de la ciudad de San Pedro de Ycuamandyyú, el mismo lleva más de treinta años dedicándose con mucho sacrificio a la reparación y compostura de los calzados. Su amor por su profesión fue clave para poder hacerse de los clientes y de esa manera lograr mediante este oficio mantener a su familia y criar a sus seis hijos, uno de ellos lastimosamente falleció siendo muy joven con apenas 14 años, relató Don Miguel más conocido como bigote.
Este proceso ha sido constante y son los zapateros, los que dan vida al cuero con la reparación de calzados, desafortunadamente, aquellos que fabrican zapatos manualmente están en extinción y poco a poco van desapareciendo también, quienes se dedican a la reparación de este oficio, al respecto Don González expresó que muchos de sus colegas ya se retiraron de este oficio por su avanzada edad, además se mostró sorprendido por el poco interés que están dando hoy día los jóvenes para incursionar a la labor de los zapateros.