Independiente quiere la victoria en la Sudamericana por la unidad en Ecuador

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El futuro del fútbol pasa por un estilo mucho más táctico del juego europeo, cree Michel Deller, presidente de honor del Independiente del Valle (IDV) y quien quiere traer la Copa Sudamericana a Ecuador, en la final el sábado ante Colón, como símbolo de unión tras la reciente ola de protestas sociales en el país.

«El año pasado ya tomamos la decisión de implementar ese modelo en el equipo profesional trayendo un técnico español», aseguró Deller en una entrevista con Efe, antes de partir hacia Paraguay.

Se trata de una estrategia mucho más táctica que ha caracterizado al IDV en la actual temporada, en la que ha primado la tenencia del balón y la reorganización de juego en líneas retrasadas, frente al estilo más irruptivo del fútbol nacional y continental.

Deller, empresario que se hizo con el equipo hace apenas una década y que lo llevó de la segunda división a lo más alto del fútbol continental, explicó que el origen de ese nuevo estilo está en la academia Aspire de Catar.

Una línea que comenzó a aplicarse en los más jóvenes hasta llegar en 2018 al primer equipo de la mano del español Ismael Rescalvo, técnico que abandonó el club de forma imprevista y fue sucedido por su compatriota Miguel Ángel Ramírez.

Pero en un equipo de canteranos como es el IDV, a la inspiración del la Aspire se han sumado influencias de figuras como Johan Cruyff y Pep Guardiola, en quienes Deller ve auténticos ejemplos.

«El trabajo que comenzó Cruyff en Holanda y que, veinte años después, fue transmitido a la Masía revolucionó el mundo del fútbol y la manera en que se juega al fútbol», subraya el empresario, para quien «es ciego quien no quiere admitir la realidad».

El Independiente se ha inspirado en ambas escuelas para construir su Centro de Alto Rendimiento, cuyos técnicos detectan a jóvenes talentos desde los 10 a 12 años, para formarlos y crear un estilo propio.

Un estilo que el IDV desplegará el sábado en la «Nueva Olla», en Asunción, frente al Colón de Santa Fe.

Feliz por la clasificación de sus chicos a la final, Deller, expuso ante Efe su «visión de equipo» en una jornada de partidos de las categorías inferiores, a las que suele seguir en persona, si bien son los técnicos y profesionales los que toman las decisiones en el terreno de juego.

Su aportación personal pasa por dotar al club de una «cultura empresarial» y el reconocimiento del valor de trabajo, «¡Ahí viene la cultura empresarial!: trabajo, trabajo, trabajo y más trabajo».

En ese proceso de transformación defiende que «¡no hay que ser acomplejados!», a la par que reconoce que una de las ventajas del equipo es que no posee una hinchada gigante, lo que «te permite trabajar y tomar decisiones a veces duras».

«Los equipos populares tienen que armar equipos para quedar campeón todos los años, si no la afición se molesta muchísimo», matiza.

Con su estadio en Sangolquí, a 30 kilómetros al sureste Quito, el IDV no tiene aún una tradición futbolera lo suficientemente larga como para cosechar una afición propia de gran tamaño -a Asunción llegarán apenas unos 300 hinchas-, si bien genera gran simpatía a nivel nacional por la juventud y logros de sus jugadores.

Deller está también detrás del concepto social del proyecto, ya que en sus escuelas acaban muchos jugadores de hogares problemáticos.

«Para nosotros es muy claro que una oportunidad de vida no es alguien que se vuelva futbolista, es alguien que se vuelva una muy buena persona y si, en el proceso se vuelve un gran futbolista, entonces habremos logrado nuestro gran objetivo», explicó.

A lo largo de la entrevista, realizada en la segunda planta del graderío durante dos partidos de la sub’16 y la sub’18, Deller, que en su infancia solía jugar de portero, no ahorra comentarios a los jugadores, ni tampoco a las decisiones del colegiado.

A una gran parte de ellos los conoce por nombre y apellido -también a sus familiares-, además de sus historias y cualidades.

«Lo más importante en la formación es que los chicos vayan al colegio. Puede ser que tengas al mejor jugador del Ecuador, pero si el chico no va al colegio no juega», sentenció sobre los valores que inculcan a adolescentes y jóvenes de la escuela que este año aglutina a unos 130.

Para el IDV la del sábado será su segunda final continental, y Deller espera «ganar el partido por el bien del club y, mucho más importante, por bien del fútbol ecuatoriano», especialmente por los recientes enfrentamientos que ha sufrido el país.

«Hemos pasado una crisis política-económica-emocional tan gigante que Ecuador necesita noticias positivas y cosas que le unan. Hace tres años, cuando Independiente jugó las últimas fases de la Libertadores, tuvo esa capacidad de unir y (por ello) significaría tanto poder traerle ahora una victoria», confía. EFE.