El criminólogo, Juan Martens en Radio Nacional del Paraguay, aseguró que Paraguay en los últimos 20 años, con los diversos Gobiernos, se convirtió en menos agresivo, se redujo el índice de homicidios, está por debajo de 10 asesinatos por cada 100 mil habitantes, ya no es un problema endémico, pero sí hay delitos relacionados a la desigualdad y contra la propiedad, especialmente en zonas depresivas por las diferenciales sociales y falta de acceso a servicios básicos. La criminalidad no aumentó por la situación acarreada por la pandemia.
“No encuentro elementos para decir que vamos a tener una eclosión o que los desplazados van a recurrir a la violencia y al delito para resolver sus problemas, la solidaridad, la contención social y las redes familiares, siguen apoyando a los paraguayos en el día a día y eso sí se ve en ciertas estadísticas”.
Las personas proclives a cometer delitos, son quienes no cuentan con redes de apoyo y de contención, fue lo observaron en el informe realizado en el Centro Educativo de Ciudad del Este donde hay 31 jóvenes menores de edad, que no tienen apoyo en su círculo familiar, cuando cumplen con sus penas, no tienen lugares a donde ir, a los 18 años deben salir, pero no poseen familias que los contengan y corren el riesgo de reincidir.
Aseveró que los programas de apoyo son importantes para darles apoyo, mantener a las familias para garantizar oportunidades de desarrollo dentro del núcleo familiar y social en una comunidad para resolver los problemas en forma equilibrada y civilizada.
En ese sentido, destacó la importancia del Programa Modelo de Justicia Restaurativa, que se encuentra en Lambaré, que demuestra que funciona y que involucra a la sociedad, a la familia y a la comunidad, que tiene éxito con la reducción alta de reincidencia.