No, el primer hombre que voló y lo contó no fue Leonardo da Vinci

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La figura de Ibn Firnás sale a la luz con un documental que reivindica el papel de este rondeño que deslumbró al mundo desde la Córdoba de Al Ándalus. Pionero en astronomía o poesía, protagonizó el primer vuelo pilotado en el siglo IX. España mantiene en el ostracismo de moros y cristianos a una figura icónica en todo Oriente.

Probablemente, nadie en los pasillos de los aeropuertos de Europa conoce su nombre, pero todos esos vuelos que van y vienen son culpa suya. Abbás Ibn Firnás es el padre de la aeronáutica. Más allá de la mitología milenaria del vuelo de Ícaro, si hablamos de Historia, el siglo IX marca el punto de partida de ese ancestral sueño del hombre, el de tener alas y surcar los aires.

«Ibn Firnás es la primera persona de la que tenemos documentación histórica que protagoniza un vuelo mediante procedimientos y estudios científicos», explica a Sputnik uno de sus principales estudiosos, Antonio Rafael Acedo, escritor, astrónomo y biógrafo de Firnás.

Firnás documentó sus ensayos y su desarrollo de las alas. También fue capaz de crear una estructura similar a la de los globos aerostáticos. En el año 875 se lanzó desde un alto de Córdoba con una especie de ala delta creada con una lona de plumas para amortiguar la caída, se trataba de una estructura de madera que se ajustaba a los hombros, y se extendía a lo largo de los brazos y venía a ser, por rudimentario que parezca, el primer registro documentado de una dispositivo para volar, Firnás tenía ya unos 67 años.

«No hay constancia de cómo fue ese vuelo, no sabemos cuánto duró, pero sí que las heridas que padeció en el aterrizaje le acompañaron el resto de su vida», de hecho, falleció a los 78 años luchando aún con las dolencias de la caída. Para la aeronáutica, Firnás pasa a la historia como pionero piloto y precursor de los modernos paracaídas.

Sorprende descubrir que en lo que hoy es Andalucía, en el faro cultural y político occidental que era la Córdoba de Al Ándalus, se vivió la antesala del Renacimiento. Ibn Firnás es un brillante exponente de esa sociedad. Como cortesano, trabajó al servicio de los emires independientes al-Hakam I (796-822), Abd al-Rahmán II (822-852) y Muhammad I (852-886), «todo un logro, eso nos dice mucho de su astucia política y su talento», explica Acedo.

Cuando Firnás saltó al vacío en la Córdoba del siglo IX, era la oscura Edad Media en Alemania o Francia, pero Al Ándalus representaba el esplendor intelectual. Era la vanguardia de occidente y la conexión con Oriente.

«Firnás fue un avanzado al Renacimiento, su vuelo es 6 siglos antes que los diseños de Leonardo Da Vinci, de hecho, estoy convencido que sus estudios influyeron en el genio florentino», comenta Acedo. Con la posterioridad, en diversas culturas, otros se atrevieron a seguir la senda de Firnás, partiendo del que fue su principal error, no dotar a su dispositivo de pestañas móviles o cola que le permitiera aterrizar.

 

Ibn Firnás representa la semilla del Renacimiento en Europa y por lo tanto, fue un hombre multidisciplinar que, además de los altos vuelos, «fue pionero en muchas otras áreas, en la poesía con composiciones musicadas, en la química, y sobre todo en astrología, llegó a crear un planetario que ya simulaba los movimientos astrales».

De hecho, Firnás actuó como nexo entre oriente y occidente, suyas son las traducciones de unas tablas astronómicas Sindhind de orígenes indios, persas y griegos-ptolemaicos que influyeron en las posteriores Tablas de Toledo de Alfonso X. Además fue el creador de la esfera armilar, un dispositivo que con los siglos, fue esencial en la navegación marina y en la era de los descubrimientos.

¿Pero si es tan importante, por qué no lo conozco?

Debes estar preguntándote. «Es sorprendente, cuando empezamos a investigar nos topamos con una figura que es casi mitológica en Oriente, pero aquí no es nadie. Entre nosotros, solo es conocido en círculos arabistas y de aficionados al vuelo», nos cuenta Sergio Crespo, director del documental que rescata a esta figura sepultada por la Historia.

Ibn Firnás es el nombre del aeropuerto de Bagdad, modelos de automóvil con su nombre, escuelas, centros comerciales y avenidas en todo el Magreb y la península arábiga le homenajean.

«Supongo que el ninguneo de Firnás en España es debido a que es musulmán, y tenemos mucho lastre y prejuicio. Tenemos ese peso de la Historia, de la España apostólica romana que penaliza a este personaje que era de nuestra tierra, pero reivindicado por otros», reflexiona Crespo.

La reivindicación cultural andalusí está recientemente muy ligada a la creación artística, el también director de cine y andaluz, Jesús Armesto, ahondó con su obra esa identidad perdida a lo largo de los siglos, «te das cuentas de esta historia de Andalucía, más que oculta, ha sido ocultada», decía en la presentación de su cinta Las llaves de la memoria, «Me parece grave que ningún andaluz o andaluza tenga acceso directo a su historia». 

En cualquier caso, la Historia está constituida de historias de seres deslumbrantes como Firnás cuyo recuerdo, volará a partir de ahora con más facilidad por la España del siglo XXI, la que fue su propio hogar.