Los manifestantes salen a las calles de la capital libanesa, Beirut, por tercer día consecutivo para protestar contra el Gobierno tras la mortal explosión que sacudió la zona portuaria de la ciudad el 4 de agosto.
Las protestas se vuelven más violentas cada día. Los manifestantes asaltaron los edificios del Ministerio de Trabajo y del de Asuntos de Refugiados.