El Gobierno peruano intenta frenar el avance de la pandemia con más vacunas

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Ante el avance imparable de la segunda ola de contagios de COVID-19, que ya ocasionó más de 150.000 muertes, volvieron a imponerse restricciones en la circulación. El presidente Francisco Sagasti informó que en los próximos días se acelerará el calendario de vacunación.
Lejos de ceder, la segunda ola de COVID-19 en Perú no detiene su crecimiento. Por ello, el Gobierno de transición y emergencia de Francisco Sagasti volvió a imponer restricciones a la circulación, como medida para evitar contagios. Mientras tanto, el país espera en los próximos meses la llegada de millones de vacunas, que permitan avanzar en la inmunización de la población peruana.
Estas decisiones, tomadas sobre la marcha, podrían demostrar alguna efectividad en los próximos meses. De todas maneras, el país necesita un nuevo sistema de salud, que privilegie la vida de las personas antes que los negociados en torno a la salud. Así lo refirió a Sputnik el doctor Carlos Glave, para quien «la salud en nuestro país es una mercancía, no un derecho».
Prueba de ello da la pandemia de COVID-19, que desde marzo de 2020 causó 1,6 millones de contagios y más de 150.000 muertes, según el Servicio Informático Nacional de Defunciones (SINADEF). El Ministerio de Salud da una cifra inferior, de 55.000 personas, lo cual da cuenta de la falta de coordinación entre los organismos sanitarios de la república.
Según el Gobierno nacional, ya fueron vacunadas un millón de personas, la mayoría trabajadores de la salud, lo cual representa aproximadamente el 3% de la población peruana, de 32 millones de personas.
Sin embargo, hasta junio el Gobierno espera ya haber vacunado a todos los mayores de 60 años.

En la puerta de los hospitales

En la ciudad de Lima, el hospital Loayza atiende casos de COVID-19. Fundado en 1549 por el arzobispo Jerónimo de Loayza, el edificio antiguo y oscuro se mantiene cerrado herméticamente, con todas sus camas destinadas a enfermos de coronavirus repletas.
Sobre las enormes gradas de la entrada principal, había un grupo de personas sentadas, con bolsas plásticas que guardaban alimentos y medicinas. Esperaban la oportunidad para hacerlas pasar adentro del secular hospicio y que lleguen a su ser querido internado.
«Tengo a mi esposo aquí adentro, ya son 10 días. No sé bien cómo está, porque no lo puedo ver. En una situación así solamente se puede rezar», dijo a Sputnik la señora María, quien tenía cara de preocupación pero hablaba con tono pausado, tranquilo, como quien ya pasó por todas las angustias.
En la misma ciudad está el hospital Rebagliati, que también atiende a casos de COVID-19. En su entrada se repetía la misma escena, de familiares con bolsas plásticas, con rostros preocupados y quemándose bajo el sol. Un joven caminaba de un lado a otro hablando por teléfono, se escuchaba que buscaba un préstamo de dinero.
Más tarde, consultado por lo que hacía ahí, comentó a Sputnik que tenía internada a su madre de 53 años, cuyo estado había empeorado en los últimos días. Pidió que no se le tomen fotos. Por sobre su barbijo negro asomaban sus ojos cansados.
Según el doctor Glave, hasta el momento en Perú hubo 10 millones de contagios de COVID-19, que causó más de 150.000 muertes. Considerando la cifra de infecciones, la cantidad de fallecimientos «evidencia que no es una enfermedad muy letal. Pero sí es una enfermedad muy contagiosa, que satura los servicios de salud».
Glave observó que en el país falta una atención médica primaria de calidad, que debería estar disponible en cada barrio. «La pandemia me ha demostrado que es necesaria la atención cerca de la casa, con médicos familiares, médicos comunitarios. El 85% de problemas de salud se deberían resolver ahí, también la pandemia», dijo el galeno.
Para Glave, el 90% de contagios corresponden a procesos virales «que deben ser manejados en casa, incluso sin medicación o con paracetamol. Pero es difícil, porque hay mucha angustia, la gente ve que se mueren muchos. Además, en algunos casos es muy duro el dolor y la fiebre».
Sin embargo, «no existe la necesidad de tratamiento ni de nada farmacológico ni de análisis ni tomografías en esa primera etapa. La gran mayoría, después de cinco o seis días se recupera. Algunos, en el día ocho comienzan a complicarse en la parte pulmonar y necesitan oxígeno», dijo Glave.
Y advirtió que entre un 3% y un 5% de casos llegan a la tercera fase, que generalmente se inicia en el día 14 o 15 de la enfermedad. «Ahí se necesita mayor atención y hay alta mortalidad», comentó el doctor, quien en las elecciones del 11 de marzo se candidateó como congresista de Juntos por Perú, el partido que postuló a la presidencia a Verónika Mendoza.

La salud ¿mercancía o derecho?

Glave consideró que el sistema de salud peruano funciona completamente desarticulado. En este país, «la salud definitivamente no es un derecho. Incluso la Constitución del ’93 [elaborada por el expresidente Alberto Fujimori [1990-2000] y aún vigente] saca a la salud del título de derechos fundamentales». Indicó que, constitucionalmente, el Estado no asume un rol en la producción y distribución de recursos sanitarios, ni garantiza recursos humanos y materiales.
Ante este panorama, el doctor defendió la necesidad de que la salud sea un derecho en Perú: «Se debe iniciar un proceso para tener un sistema nacional de salud integrado, único, que sea pagado por el Estado. Pero este proceso no es de la noche a la mañana».
Defendió el modelo inglés del National Health Service (NHS), «que demoró muchísimo en poder consolidarse, además surgió justamente después de la Segunda Guerra Mundial [1939-1945], en un momento de gran crisis, como la que vivimos ahora», manifestó Glave.
También señaló que faltan profesionales de salud en el país: «Tenemos 13 médicos por cada 10.000 habitantes, cuando deberíamos tener 24 como mínimo, de acuerdo a la OMS [Organización Mundial de la Salud]. En la Amazonía peruana, hay seis médicos por cada 10.000 habitantes».
Además de que faltan médicos, Glave detectó «una distribución inequitativa, porque el 40% de los profesionales están atendiendo a sectores pudientes».

Llegada de las vacunas

El doctor recordó que en marzo pasado llegaron un millón de dosis de la vacuna anti COVID-19 de Sinopharm, una farmacéutica de China. Perú tendría que haber seguido recibiendo, hasta totalizar 38 millones de dosis. Pero el acuerdo se suspendió ante la supuesta falta de estudios que avalen la eficacia de este medicamento.
Según Glave, aunque no hay estudios ya se comprobó que bajaron los contagios y la mortandad entre las y los trabajadores de salud vacunados con Sinopharm, cuya eficacia sería del 80%. Para el doctor carecen de lógica las trabas impuestas desde el Estado para que lleguen más dosis.
«El Perú, y en general la humanidad, necesita vacunas lo más pronto posible, de todos los laboratorios. Tenemos que dejar de lado el lío comercial y los intereses de unos y otros, porque todas las vacunas son necesarias. No se trata de que escojamos una que nos parezca mejor», afirmó Glave.
«Quizás ya llegó al país la variante brasileña, pero no lo sabemos porque no tenemos un sólido sistema de laboratorios para hacer secuenciación genómica. Hay esfuerzos, pero no es suficiente», dijo el doctor.
Y agregó: «Probablemente ya haya variantes peruanas, porque mientras más tiempo está el virus circulando en una comunidad, hay más posibilidades de que haya variantes, que provoquen más contagios».
Evidenció que la falta de vacunas no afecta solamente a la población de los países empobrecidos: «No se trata de que se vacunen en los países ricos y no en los pobres. Porque igual los países ricos van a tener restricciones de comercio».

Menos circulación, más dosis

Este 14 de abril, el país sumó 2.486 nuevos casos. El Gobierno de Sagasti informó que a partir del 19 de abril volverán algunas restricciones de circulación ante la creciente ola de contagios en el país.
Durante la semana, la circulación estará restringida entre las 21 y las 4 horas en Lima metropolitana y el distrito lindero del Callao. Los domingos no se podrá salir a las calles, más que para las compras esenciales. Será así hasta el próximo 9 de mayo, cuando se evaluarán estas medidas.
El presidente Sagasti anunció que en la próxima semana se acelerará el cronograma de vacunación, con la llegada de 2,8 millones de dosis de Pfizer en mayo.
El Gobierno peruano firmó con el laboratorio estadounidense por la compra de 20 millones de dosis, con lo cual —sumados los envíos de Sinopharm— en los próximos meses Perú debería tener un total de 48 millones de dosis.
Mientras tanto, la Comisión de Economía del Congreso aprobó un documento que permite a privados y gobiernos regionales comprar vacunas anti COVID-19. En los próximos días se tratará en el pleno del Congreso, donde habría los votos necesarios para sancionar esta ley.
Fuente: Agencia de noticias Sputnik.